(Alguna imagen puede herir la sensibilidad)
Este viernes 29 aprovechando mis vacaciones acordé con mi amigo Antonio/Gachamigo una rutilla por la Alcarria hasta Sacedon.
A las 9 estaba en el sitio indicado en San Martín de la Vega con mi tracer.
Antonio vino y emprendimos ruta hasta la cercana Morata de Tajuña donde paramos a tomar un café.
Tras media hora de charla..¡al lío! Seguimos camino por los pueblos de las Vegas de Madrid...Perales... tielmes...carabaña...orusco... ambite. El ritmo era ligero pero muy prudente, como ya le comenté a Antonio en la parada del café, ya he cambiado desde el susto que me di por lo marrón y no voy al ritmo "errero" que iba antes. Prefiero ir a un 60 por ciento y disfrutar tomando curvas dosificando únicamente el gas.. bueno que me enrollo...al turrón.
Íbamos por una serie de curvas enlazadas que se pueden tomar muy rápidas aunque íbamos a unos 1.10 aproximadamente, cuando vi a lo lejos a la derecha un animal corriendo por la pradera, no ubiqué lo que era, cuando a los tres segundos después salieron de mi derecha dos bichos bastante grandes y a mucha velocidad. El primero me pasó por delante, pero el segúndo lo pillé de lleno. No quise girar la dirección, sólo agarrar fuerte el manillar (aunque realmente creo que no me dió tiempo a nada).
El golpazo fue tremendo, como si le pasara por encima, un dolor fuertísimo en mi pié derecho sufrí, y tras el golpe seguí recto conservando milagrosamente la dirección y la verticalidad. Paramos a unos 500 metros para ver los daños de la moto y propios. El amigo Antonio que iba detrás y lo vio todo estaba muy nervioso, me abrazo y me miraba como si no se creyera que estuviera de una pieza y no le hubiera caído tras semejante golpe.
En la rueda delantera quedaban pelos del animal que ni tras lavar la moto se han ido y sólo los he podido cortar.
El guardabarros delantero de plástico se rompió del golpe.
El lateral de la moto estaba salpicado de los restos del pobre animal.
El pié me dolia de narices y la moto a primera vista no tenía nada más. Decidimos volvernos por si el dolor del pié iba a más cuando se enfriara.
Dimos la vuelta allí y a Antonio no le arrancaba la moto, la batería estaba floja y Murphy pasó por allí. Le empujé como pude cojeando carretera abajo, pero no arrancó, luego el solo con una habilidad sorprendente corrió con ella, se subió en marcha y la arrancó..crack!.
Volvimos sobre nuestros pasos unos 500 metros y no pudimos por menos que parar a ver el escenario del incidente de antes.
La mancha marrón es donde ocurrió el tremendo impacto y los restos del animal estaban diseminados hasta el sitio donde acabó el pobre. Antonio lo miraba no sin pena.
Un Corzo que lamentablemente murió en el acto.
En fin, volvimos sobre nuestros pasos, yo con un dolor intenso en el pié y notando que la dirección estaba un pelín girada..de esa guisa hicimos unos 20 kilómetros hasta una gasolinera donde paramos.
Antonio seguía muy preocupado por mi, aunque yo lo estaba más por la moto, ya sabéis.. llamé a Yamaha Móstoles y quedé en pasar a que le echaran un vistazo a ese manillar (yo temia que la horquilla estuviera torcida).
A un ritmo prudente de 90 por hora hicimos el camino de vuelta hasta el taller de Móstoles donde me tranquilizaron asegurándome que la dirección estaba bien (la pusieron derecha que se había torcido sólo el manillar), probaron la moto por la calle y me dijeron que increíblemente estaba bien de dirección, solo el guardabarros roto que ya he encargado (137 euros..sic).
Convencí a Antonio que estaba bien, ya que quería acompañarme a Ugena, que grande el tío jejejejeje.
Llegué a Ugena y fui al médico, este me mandó al hospital de urgencias donde me llevó Marijose en coche.
Tras hacerme radiografías del pié, por suerte no tengo nada roto, solo amoratado y contusionado, pero con reposo y frío local de vez en cuando se pasará en unos días.. ¡buffff!
Llegue a casa y lavé la moto.
En fin...Como le decía a Antonio tomando café..nunca sabes que te puedes encontrar en la carretera.
Parece que mi ángel de la guarda hace horas extras conmigo, esta segunda salvada se la debo a el (también a la suerte...a la prudencia...y a la serenidad si me lo permitís...), por no decir que la tracer demostró ser una roca.
Siento el tocho y las imágenes del pobre animal, pero así son las cosas.. también me podría haber yo echo mucha pupa...